Carreras-populares Club de atletismo Trail

El curioso caso de la retirada de ramas de nuestro encinar, o de la maravillosa subjetividad de la felicidad

Sábado 23 de enero de 2021. Son las 8 y pico de la mañana y al subir la persiana le dan a uno los buenos días el frío, el viento, el gris de las nubes, y un calabobos de esos que hacen que te mojes sin que te des cuenta �…vamos un día súper apacible.

Legañas fuera, desayuno…la térmica, la segunda capa, las mallas, calcetines, zapas de trail que la cosa va a estar embarrada, el cortavientos del club, un gorro fucsia (nunca puede faltar el toque de color????), la mascarilla y los guantes…de trabajo ha dicho Ricardo???

Filomena ha dejado a su paso por el monte un rastro de árboles arrasados y un montón de ramas de todos los tamaños allá por donde mires.

El Club de Atletismo en palabras del Presi, ha convocado a todo aquel que quiera/pueda, a animarse para salir en pequeños grupos, recorrer al famoso trote cochinero los caminos principales del encinar, e ir retirando a un lado las ramas que salgan a nuestro encuentro, y dejar de esta forma los mismos transitables para uso y disfrute del resto de personas humanas que así lo necesiten, ya sean corredores, ciclistas, nordikwolkers, paseantes, o lo que se tercie.

Así que al encinar que vamos…muchos de los mortales se preguntarán aquello de que si no habrá otras cosas mejores, y más cómodas, que hacer, más aún según está el día, que dedicarse de manera altruista a pegarse una paliza apartando ramas, ramitas y ramones (que buen grupo, por cierto). Probablemente estén en lo cierto. Seguro que también. En la diversidad de opiniones, mientras sea con educación, está el secreto de todo esto. Y además son igual de válidas y respetables????.

Pero no es el caso, ni la filosofía de los seres humanos que conforman este club. Nos va la marcha. Ayudar y echar una mano, incluso cuando nadie te la pide, que mola todavía más. Y este es el caso. En el fondo yo confieso que es egoísmo intrínseco de uno mismo. Como diría el maestro Yoda, difícil de explicar es. Total que los allí presentes nos hemos puesto manos a la obra, y unas veces luchando contra pequeñas ramitas, otras con ya algo más voluminoso, y alguna que otra vez con lo que viene a ser propiamente dicho un ramón de tres pares de … (ahora entiendo lo de «llevad guantes de trabajo por si acaso») que solo pudimos mover al famoso grito mágico de NO HAY H***s!!!, hemos dejado el camino perimetral más limpio que nuestra hoja de servicios. Los que pasaban por allí nos miraban raro, algunos nos saludaron (la mayoría), unos pocos nos echaron un cable (gracias a ese par de ciclistas, y a esa chica corredora, a los que nunca podremos identificar por aquello de llevar mascarilla�????????????).

Total que dos horas y pico más tarde, después de haber recorrido casi 10km y quitado ni se sabe la de ramas (solo se nos resistieron un par de ellas que debían pesar varias toneladas) acabamos reventados, doloridos, arañados por todos los lados (el cortavientos acabó con algún que otro «7»)…tomando piscolabis en «Borleña»…y fundamentalmente CON UNA SONRISA DE FELICIDAD DE OREJA A OREJA

Firmado: uno cualquiera del CLUB DE ATLETISMO DE BOADILLA DEL MONTE

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